El título arriba suena como un grito desesperado de economistas neoliberales frente a la creciente intervención estatal, pero se trata de otra cosa. La organización "El mercado, nuestro tesoro" (Kincsünk a piac) organizó su exposición en el popular Gödör Klub de Budapest para llamar la atención al último mercado tradicional en el centro de la ciudad, la de la Plaza Hunyadi. En este mercado numerosos agricultores individuales - en su mayoría, ancianas de los pueblos cercanos de Budapest que cultivan frutas y verduras en sus huertas - venden sus productos a los habitantes de la ciudad. El futuro del mercado es inseguro: el ayuntamiento de la capital húngara tiene la intención de "remodelar" el edificio y la plaza adyacente, lo que no dejaría espacio para los agricultores individuales, aunque sus productos, muchas veces orgánicamente cultivados, ofrecen una alternativa cada vez más valorada por los húngaros al surtido de los hipermercados.
El lema de la exposición era una parafrase del artista alemán Joseph Beuys quien afirmó que el artista era como un agricultor individual - según la organización "El mercado, nuestro tesoro" el agricultor individual es como un artista. Los representantes de la organización subrayan además que la cultura tradicional relacionada a los mercados al aire libre es una parte importante del partimonio cultural de Hungría y, por tanto, es muy importante mantenerlos vivos, para que las nuevas generaciones también puedan conocer este mundo emocionante.
Junto a la exposición que cerró sus puertas ayer, se impartía clases de cocina tradicional y se podía comprar semillas y plantas a un precio reducido para incentivar a los habitantes de Budapest a descubrir el mundo rural, a veces tan lejano desde el punto de vista de un budapestino.
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